Fallece José Trinidad Chávez Ortiz, profesor jubilado, pilar de la Sociología en Sonora

5 de diciembre de 2019

Armando Zamora

Paulo Freire decía: “Cuanto más pienso en la práctica educativa y reconozco la responsabilidad que ella nos exige, más me convenzo de nuestro deber de luchar para que ella sea realmente respetada. Si no somos tratados con dignidad y decencia por la administración privada o pública de la educación, es difícil que se concrete el respeto que como maestros debemos a los educandos”.

La lucha por dignificar la actividad docente inicia en las aulas: en la preparación del educador, en el interés permanente por ser mejor cada día, en el valor agregado que le impone a su labor, en el deseo siempre presente de formar ciudadanía que esté en posibilidades de construir la sociedad del futuro con el material de la inteligencia. De ese tipo de profesor fue José Trinidad Chávez Ortiz, el “Trini”, profesor jubilado del Departamento de Sociología y Administración Pública, quien falleció ayer.

El Trini fue un académico fuera de serie: él siempre supo que la misión más trascendente de un buen docente consiste en la formación y el cultivo de los valores éticos, la tolerancia y la búsqueda de consenso y armonía en la pluralidad. Y que se debía cumplir con la misión de transmitir a sus alumnos el amor por la búsqueda del conocimiento en un marco de tolerancia, ya que nadie puede asumirse como único poseedor de la verdad.

Si es verdad lo que dicen los discursos sobre la idea de que los verdaderos maestros son la voz moral de la sociedad, una voz que está fuera de toda discusión y de toda duda porque se sustenta en las verdades que otorgan las ciencias, las humanidades y las artes, entonces esa voz fue siempre la del maestro José Trinidad Chávez Ortiz.

Él supo acercarle el mundo a sus alumnos: sabía que esa tarea es parte de la relación más honorable que se puede entablar con los educandos, ya que es simplemente hacer crecer en todos los sentidos a una persona —sea un niño, un joven o un adulto—, y tenía muy en claro cuál es la relación entre la Universidad y la construcción social, y hasta qué punto los egresados pueden influir y transformar su entorno para convertirse en un auténtico factor de transformación que ayude a construir una sociedad con las características que necesitamos para convivir en paz.

Porque al final, lo que el Trini hizo en las aulas fue un aporte profundo a la construcción de una sociedad sin violencia, con una visión antropológica, sociológica, humana, que llevará a sus alumnos a cambiar una sociedad tan agreste como la nuestra y que no termina por desmoronarse, en una colectividad solidaria. Lo hizo como docente en El Colegio de Sonora y, durante más de 30 años, en la Universidad de Sonora.

El profesor más recordado y mejor valorado de la carrera de Sociología

En febrero de 2016, el Departamento de Sociología y Administración Pública le realizó un homenaje de despedida por jubilación: “Por su destacada trayectoria académica de 30 años de servicio en la máxima casa de estudios de la entidad y por la edificación de la Sociología en Sonora”, señalaba el reconocimiento entregado.

Ahí estuvieron presentes los académicos Jesús Enríquez Acosta, presidente de la Academia de Teoría e Investigación Sociológica; Juan Manuel Gálvez Andrade, Guillermo Núñez Noriega, Ramón Alberto Jorquera Limón y Gustavo Bravo Castillo, jefe de Departamento.

“Me atrevo a decir que Trinidad es el profesor más popular de Sociología, el mejor valorado y recordado por las generaciones de egresados Trinidad es un comunicador por excelencia”, dijo en su oportunidad Jesús Enríquez Acosta.

Por su parte, Núñez Noriega mencionó que las clases del maestro Trinidad no eran de ética pero enseñaban ética, no eran de política pero enseñaba que la forma más radical de la política era aprender a apreciar el mundo de otra manera, “fue un maestro esencial en mi formación profesional”, apuntó.

A su vez, Jorquera Limón señaló: “El Trini, mi profe, mi amigo, mi colega, no se va: lo espero y consultaré en el proyecto de una universidad de la sabiduría y la experiencia… Profe, tenga por seguro que ahí nos veremos”. Nunca más válidas esas palabras que hoy, que Trinidad Chávez ha trascendido.

El futuro de la juventud

Ya retirado de las aulas, y como instructor del módulo Cultura, desarrollo económico y social municipal, del diplomado Municipio, desarrollo y sustentabilidad, el Trini compartió parte de sus experiencias de vida: “Cuando decidí estudiar antropología fue porque estaba trabajando con piedras, con rocas, y trataba de entender cómo es que la gente se relacionaba a través de los objetos, cómo y por qué la gente encontraba un satisfactor en estos instrumentos trabajos”.

Hoy día, dijo, tenemos situaciones que son apabullantes: “Por ejemplo, cómo la sociedad se ha ido complejizando al punto en el que cada uno de nosotros se encuentra y se siente aislado de los demás, donde se ha exaltado el individualismo y cada vez más la palabra solidaridad es entendida como una calle”.

La perspectiva real de los jóvenes hoy es un nivel de vida inferior al que tuvieron sus padres, porque las condiciones a las que se están enfrentando son terriblemente agresivas, situaciones que sus padres o sus abuelos no las sufrieron: dificultad para conseguir empleo, y si se consigue, son empleos muy precarios, sin prestaciones, con la posibilidad de despido inmediato, añadió con pesar.

Indicó que nuestra sociedad está enrolada en una vorágine de producir y de comprar, pero lo que más estamos produciendo es basura: para la lógica del sistema, entre más rápido consumimos los productos es mejor, y según esto, necesitamos producir más, necesitamos comprar basura, necesitamos hacer del objeto el centro de nuestra atención, y el hecho de consumir se vuelve una finalidad infinita.

“Lo grave de todo esto –precisó– es que nosotros mismos nos estamos ofertando en ese mercado de consumo inmediato: cada vez tenemos que ofrecer mayor cantidad de habilidades, de conocimientos, de prestancia, para que el mercado laboral nos acepte, nos atraiga, nos llame, al punto de que las competencias por los escasos empleos, por las escasas oportunidades, se vuelve una competencia brutal.

“El futuro se cancela para ustedes, como jóvenes, abundó; hay que vivir el hoy, el día, mañana quién sabe qué vaya a suceder, y en ese contexto las formas de sociabilidad se deterioran, se destruyen, parece que empiezan a ser objeto del pasado. La familia ya no es aquella comunidad de sangre que nos permitía, nos apapachaba, nos integraba y compartía, hoy las familias están en proceso de desintegración, no hay unidad en ellas”, sentenció.

José Trinidad Chávez Ortiz fue profesor de tiempo completo en el Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora. Estudió la Licenciatura en Antropología Social y la Maestría en Ciencias Antropológicas, ambas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y participó en una gran cantidad de publicaciones, artículos y libros de diversa índole.

Su cuerpo estará siendo velado en la capilla F1 de la Funeraria San Martín. Descanse en paz. Solidaridad con Ana Bertha, su compañera de vida, y sus hijos.